SAN DIEGO – Tras pasar uno de los peores momentos de su carrera, cuando llevando una ventaja de seis golpes en el Memorial tuvo que abandonar debido a que dio positivo al COVID 19, Jon Rahm se reivindica ganando (con estilo), la edición 121 del Abierto Norteamericano, y jugando en una icónica sede como lo es Torrey Pines.
Con un golpe de desventaja y casi acabándose los hoyos, Rahm hizo un putt para birdie que caía de izquierda a derecha desde 25 pies en el hoyo 17 para empatar la punta, y cerró con otro putt dramático para birdie desde 18 pies que le dio la victoria por un golpe sobre Louis Oosthuizen, quien hizo bogey al 17 y birdie al 18.
Nadie nunca había hecho birdie en los dos últimos hoyos para ganar el Abierto de Estados Unidos por un golpe en las 120 ediciones anteriores de la prueba más dura del golf, hasta que terminó el libro de cuentos de Rahm.
«Tenía que suceder en un entorno hermoso como este», dijo. Razones de más tiene Jon en decir esto, porque fue en Torrey Pines donde hizo un putt para águila de 50 pies en el hoyo final para asegurarse su primera victoria en el PGA Tour.
El Día del Padre, con su hijo de 10 semanas, Kepa, en sus brazos y su padre habiendo volado desde España, Rahm ganó el primer major de su carrera para regresar al puesto de No. 1 del mundo.
«Se sintió como una historia de cuentos de hadas que supe que iba a tener un final feliz», dijo Rahm después de que esos dos birdies que cambiaron su carrera le dieron un 67 de 4 bajo par. Ese primer golpe de salida, ese segundo golpe y ese birdie, sabía que había algo especial en el aire. Podía sentirlo. Sabía que podía hacerlo y lo creía», dijo el español que se convierte en el primero en ganar el US Open para la madre patria.
Fuente: espn.com/golf