Hola Fiebruses. Acaba de pasar la semana más trascendental del golf nacional con la celebración de la octava edición del Corales Puntacana Championship, un evento del PGA Tour que cada año mejora y que coloca el país en el mapa del golf mundial. Hoy quiero dejarles mis conclusiones (personales), sobre lo que para mí significó este gran evento. Arrancamos:
Excelencia. Hacia ella vamos cada año, y cada año la alcanzamos. Los que comandan los equipos de trabajo de cada área del torneo (mercadeo, prensa, agronomía, relaciones públicas, manejo de los voluntarios, seguridad, limpieza, entre otros), deben sentirse muy felices y orgullosos de lograr cada año este gran hito para el país. El torneo se lució y deja huellas imborrables y recuerdos únicos en la mente de todos los involucrados, incluyendo en la de los jugadores y directivos del PGA Tour.
Prensa y redes sociales. Un trabajo encomiable y dinámico. Las redes sociales del evento se lucieron y lo convirtieron en tendencia, no solo por los post, sino por la calidad de los mismos. Videos inéditos de altísima calidad, textos bien pensados y manejados, y un mensaje de celebración y triunfo para el país que nos llena de orgullo. En términos de prensa, de nuevo dimos catedra, haciéndoles llegar a los medios las notas de prensa con una rapidez única, y de paso, colaborando con sus cierres a tiempo.
Público. No tengo palabras para expresar mi satisfacción por la gran cantidad de público que llegó hasta Corales. Miles se dieron cita en un torneo que cayó en medio de Semana Santa, y yo sé que mucha gente se quedó hasta el domingo porque de manera autentica quería ver el torneo hasta el final, incluso sabiendo en que a la vuelta iban a encontrar grandes tapones. A todos, gracias!
Resiliencia. La forma en que el torneo concluyó sólo me enseña que la humildad y la resiliencia deben ser norte de todos. Joel Dahmen tenía ese evento en las manos. Había dominado durante 69 hoyos de los 72, pero el destino le jugó una mala pasada y cometió tres errores inimaginables (bogey a los hoyos 16, 17 y 18, a los cuales por cierto les llaman “El Codo del Diablo”), que le dieron la victoria a Garrick Higgo. La rueda de prensa post evento con Joel es de las más duras que he visto en mi historia viendo estas cosas. La desolación de su rostro y la tristeza de sus palabras no tienen descripción, y aun así reconoció el triunfo de Higgo. De igual forma, Garrick también se expresó durante la premiación. “No era la mejor forma de ganar, y lo siento mucho por mi amigo Joel, pero así es el golf”, dijo el sudafricano luego de recibir su trofeo, chacabana y sombrero. Por cierto, me han preguntado que por qué no se puso el sombrero, y la respuesta es que Higgo tiene el real “moñero”, y el sombrero, por más grande que lo buscaron, no le sirvió. Fue un momento súper cómico.
Futuro. Grupo Puntacana es otra cosa. No solo nos ha regalado el gran privilegio de tener este evento, sino que anuncia la renovación por dos años más, así que el futuro luce lindo para la promoción turística usando como punta de lanza el Corales. Gracias a las Familias Rainieri-Kuret y Kheel. ¡¡El país no tiene con qué pagarles!!
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