Mala noticia para todos, pero especialmente para los latinoamericanos, quienes aparecen entre los más afectados ante los posibles cambios de protocolos relacionados al COVID-19 y la nueva política de EEUU ante la pandemia.
Junto al cambio de presidente en Estados Unidos, también se anticipan cambios drásticos en las políticas que conciernen al control del COVID-19 en territorio norteamericano, pues el nuevo presidente estadounidense Joe Biden firmó una orden ejecutiva que «podría afectar a las personas que ingresen a Estados Unidos provenientes desde otros países», según consignó el PGA Tour en un memorándum enviado a sus jugadores.
Esto probablemente causará problemas a los jugadores internacionales del PGA Tour que decidan regresar desde sus países, como será en el caso del chileno Joaquín Niemann a mediados de febrero. Según la gira estadounidense, la orden ejecutiva probablemente deje de considerar a los golfistas, caddies y entrenadores como «personal esencial», estatus que les permitía no realizar una cuarentena obligatoria al ingresar a EEUU.
El impacto es obvio: en caso de que cambie esta situación -la orden ejecutiva aún no tiene fecha determinada para comenzar a ser implementada-, los golfistas del PGA Tour y otras giras tendrían que llegar a Estados Unidos con un mínimo de 10 a 14 días de anticipación para tener la opción de participar en un torneo.
Como ejemplo, Rory McIlroy jugó la semana pasada en el Abu Dhabi HSBC Championship en Emiratos Árabes antes de viajar a EE.UU. para disputar el Farmers Insurance Open cuatro días después. Bajo los cambios propuestos por el gobierno de Biden, el escenario de participar en torneos consecutivos en países distintos estaría prohibido debido a la cuarentena preventiva.
«No me parece. Vengo de una burbuja en el European Tour, donde nos hacen test por el COVID-19 antes de llegar a otra burbuja en el PGA Tour», reclamó McIlroy en la previa del Farmers Insurance Open. «Si resulto negativo en el test debería estar habilitado para jugar, sin necesidad de cuarentenas».
Si bien el ex número uno del mundo está de acuerdo con ser cauteloso con el virus, según él la situación actual no es la misma que la de marzo de 2020.
«En estos 10 meses que han pasado se ha aprendido mucho sobre el virus y cómo funciona. Considerando ciertos estudios, pienso que es un poco extremo el tema de la cuarentena obligatoria al ingresar a un país», recalcó McIlroy.
De momento, el PGA Tour le dijo a sus jugadores que, hasta nuevo aviso, seguían gozando de estatus como «personal esencial» en las fronteras y aduanas estadounidenses. (Golf Channel)
Fuente: tudiscovery.com/golf